A veces hasta la persona más orgullosa tiene ganas de correr hacia algún ser, a veces cuando piensas que alguien no va a voltear tu mundo pasa todo lo contrario, a veces puedes decir «JAMÁS HARÉ ESO» pero al final terminas cediendo para ganar un poco de espacio en el corazón del otro.
Pero cuando ya te tiraron la puerta en la cara, todo lo anterior se evapora o lo tenemos ahí, empezamos a ajustar, mordernos los labios si lo tenemos cerca, para no decirle nada, igual lo que opinemos a la otra persona le va a valer un pepino.
Los chispazos de felicidad siempre van a quedar, las enseñanzas que nos dio ese personaje también, hasta podríamos pedirle disculpas por tanto cariño o por no llenar sus expectativas, pero no hay que atormentarse con el ¿Qué hice mal?
Tatiana Iruri
Me cai de la cama hoy.... 
el orgullo es algo que tenemos todos adentro pero que debemos saberlo controlarlo y que con mucha personalidad se puede graduar :=)